¿Qué hacía yo en aquel lugar inhóspito? ¿Por qué había despertado en semejante paraje? No tenía ni idea de donde me encontraba ni como había llegado hasta allí; una espesa nieve cubría el paisaje de árboles de copas altas, impertérritos y agónicos. No recordaba nada del día anterior ni, puesto a pensar, nada de mi pasado, de quién era ni de qué vida tenía antes de abrir los ojos. Una sensación de ahogo me inundó el pecho y el miedo me congeló los músculos, incapaces de realizar movimiento alguno. Pasados unos minutos conseguí articular algunos pasos y alcancé a ver a lo lejos una noria abandonada, paralizada, con sus sillones amarillos y desvencijados. Alrededor se esparcían los coches de un parque de atracciones, destrozados, abandonados. Naturaleza muerta en una escena que parecía estancada en algún recuerdo de un pasado catastrófico y olvidado. Entonces los vi. Una manada de lobos se acercaba sigilosa, sin querer romper con su marcha la atmósfera silente del entorno. Eran los p...