Gente buena


Cómo tiene que ser el momento en el que das el último beso a tu hija y la subes a un barco rumbo a una vida mejor, quieres pensar, a un lugar donde tenga alguna oportunidad porque en tu país sabes que cada día que amanece y sigue viva es un lujo. Y supongo que, aunque con el alma desolada, quieres creer que el mundo no es así, tan triste como el tuyo, y que hay alguien bueno, alguien que ayudará a tu pequeña a sobrevivir.

Y claro que hay gente buena, dejará de haberla… Entre tantos buenos cristianos que sacan a hombros a santos, hay gente buena. Entre tantas personas en contra del aborto libre porque consideran que la vida está por encima de todo, hay gente buena. Entre tantos defensores de los animales que comparten en sus redes la foto del triste cachorro abandonado, hay gente buena. Entre tantos de lazo enganchado a la solapa, de medalla colgada al cuello, de mercadillo solidario, hay gente buena. Y en los silenciosos, los que no opinan, también.

Porque entre tantos hipócritas de fachada y postureo hay gente buena, que hace que este país merezca la pena.



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