Los dos polos de toda creación de índole artística: por un lado el artista, por otro el espectador. (Duchamp, 1978, p.162) Una pared de ladrillos en una sala de exposiciones. En el centro, el libro El castillo de Franz Kafka remplaza un ladrillo y produce una ondulación en el muro. El muro construido ladrillo sobre ladrillo, pero sin ningún tipo de pegamento ni cemento, descansa sobre el libro que provoca cambios y desperfectos en su estructura. Esta obra homónima de Jorge Méndez Blake genera una imagen contundente. Tanto es así que las imágenes de la obra que compartieron miles de usuarios se viralizaron, dando paso a un boom mediático y rebautizándola bajo el título: El impacto de un libro . La obra El Castillo se mostró por primera vez en 2007 en la biblioteca José Cornejo Franco de Guadalajara y hasta 2013 fue instalada en diferentes museos y galerías de la Ciudad de México, París, Venecia, Aspen (EE.UU.) y Estambul. Sin embargo, la obra se hizo famosa cuando sus fo
Existen personajes que nos inquietan, que nos transmiten un sentimiento de rechazo o quizás de incomprensión por no formar parte de nuestra cultura. Son personajes con los que no hemos crecido, de los que no sabemos nada, si vienen de un cuento, de un dibujo de la televisión o si son producto de las historias transmitidas de boca en boca por abuelitas. No sabemos identificar a simple vista si son buenos o malos (importantísimo en cualquier cuento), simpáticos o detestables, si logran hacer cosas importantes o son simples segundones en la historia. Pero llega un día en el que este personaje se cuela en casa e intentas buscar en un rincón de tu memoria cualquier dato que te haga reconocerlo y ponerle nombre. Para mí este es el caso de Humpty Dumpty, un señor huevo con traje, zapatos y aire elegante, en algunos casos incluso con pajarita o corbata, cinturón, sombrero y tal vez hasta sosteniendo un puro… pero ¡sin dejar de ser un huevo! Este personaje, como he dicho llamado Humpty
Agua 1: Pozo Yo sé que te adentras en la tierra, raíz entera, de mi casa y mis purezas. Y te bebo y me acaricias y acicalas cada paño, cada tela que te ofrezco. Y te busco, cada día, como el pájaro al gusano para dárselo a su cría. Eres agua. Y te tengo y no tengo. Agua 2: Grifo Una gota, otra gota y otra gota más. La tercera tan afín a la segunda y la segunda tan igual a la primera que me cuesta replicar. Sólo escucho el ligero suspirar, al caer en la pileta y escurrirse serpentina y colarse por el roto. Así sin más. Agua 3: Mar Nado a brazadas conscientes y verdes, nado a embestidas entre algas y peces y siento, a veces, que engendro latidos sin suerte. Entre mis piernas se arremolina un abismo de corrientes, una piedra sin nombre, un barco con gente. Sumerjo la cabeza y cuento hasta diez. Y nado, ahora más rápido, para llegar a la orilla y encontrarme otra vez. Agua 4: Río Serpentea este río de mi vida, dibujando curva a curva recorridos conseguidos, como ma
Comentarios
Publicar un comentario