Descanso
Acuérdate de lanzar mis cenizas al mar y no me dejes
descansando eternamente en una aburrida urna sobre el mueble de la televisión - pidió la vieja al viejo.
Cuando unos meses después la vieja murió, el viejo
alegó un inicio de olvido debido a su avanzada edad, y colocando un bonito florero en el salón
pasaba día y noche viendo partidos de fútbol mientras se asía con firmeza al
mando del televisor.
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